PEKÍN, CHINA — Las flores no solo embellecen el paisaje, sino que ocupan un lugar fundamental en la farmacopea de la Medicina Tradicional China (TCC), un sistema terapéutico con miles de años de antigüedad que utiliza partes florales para tratar diversas afecciones y mantener el equilibrio orgánico. Esta práctica milenaria se apoya en la diferenciación de síndromes, aplicando la naturaleza (frío, calor), el sabor y la afinidad de canal de cada flor para armonizar el cuerpo.
Pilares Florales de la Farmacopea China
La TCC clasifica las flores según sus propiedades energéticas específicas, siendo algunas esenciales para tratar el calor y las toxinas, mientras que otras se centran en regular el Qi (energía vital) o revitalizar la sangre.
Aclarando Calor y Toxinas:
Una de las flores más socorridas es el Crisantemo (Ju Hua), apreciado por su naturaleza ligeramente fría. Se dirige a los meridianos de pulmón e hígado, siendo crucial para aliviar resfriados de viento-calor, cefaleas y, notablemente, para mejorar la visión y calmar el hígado. Es común consumirlo en infusión, a veces combinado con bayas de Goji. Por otro lado, la Madreselva (Jin Yin Hua) es un potente agente frío para “despejar el calor y resolver toxinas,” utilizado extensamente contra infecciones, abcesos y condiciones de calor interno.
Regulación Emocional y Circulatoria:
La Rosa (Mei Gui Hua), de naturaleza cálida, es célebre por su capacidad de regular el Qi y disipar la depresión, entrando a los meridianos de hígado y bazo. Se recomienda para tratar el estancamiento de Qi hepático manifestado como distensión abdominal o irregularidades menstruales.
Para movilizar la sangre y deshacer estasis, el Cártamo (Hong Hua) es clave. Su acción es vigorosa; promueve la menstruación y alivia dolores causados por el estancamiento sanguíneo, aunque su calidez y efecto potente exigen cautela, estando estrictamente contraindicado durante el embarazo.
Tratamiento Pulmonar y Digestivo:
Varias flores ofrecen alivio para el sistema respiratorio. La flor de Tusílago (Kuan Dong Hua) lubrica los pulmones y calma la tos persistente gracias a su dulzura y capacidad de transformar la flema sin resecar. Similarmente, la flor de Inula (Xuan Fu Hua) dirige el Qi hacia abajo, aliviando la sensación de plenitud torácica, náuseas y vómitos, aunque debido a sus finos pelos, requiere ser envuelta antes de la decocción para evitar irritación.
En el ámbito digestivo y emocional, el Jazmín (Mo Li Hua) regula el Qi, alivia la depresión y armoniza el centro, siendo útil contra la distensión gastrointestinal. El Osmanto (Gui Hua), con su naturaleza tibia, calienta el pulmón y el bazo, ayudando a transformar líquidos retenidos y estimulando el apetito.
Precisión y Toxicidad: La Necesidad del Diagnóstico Experto
Es imperativo reconocer que el uso de estas flores nunca debe ser tomado a la ligera. La TCC opera bajo el principio de diferenciación de patrones, lo que significa que la misma planta puede ser utilizada de forma distinta o combinada con otras según el diagnóstico específico del paciente. “Para la seguridad y efectividad terapéutica, es fundamental la guía de un profesional certificado de TCC,” subraya un herbolario consultado en Pekín.
Algunas flores, aunque medicinales, conllevan riesgos significativos. La Flor de Datura (Yang Jin Hua), usada para espasmos y asma, es altamente tóxica. Su dosis debe ser monitoreada con extrema rigurosidad. Además, aquellas flores que promueven la circulación sanguínea, como el Cártamo o la Bignonia China (Ling Xiao Hua), quedan vetadas durante el embarazo por su potencial efecto abortivo.
El consejo general de los expertos es evitar la automedicación, especialmente en mujeres embarazadas, lactantes y niños, y siempre considerar alergias potenciales al polen. La correcta dosificación no solo asegura el beneficio, sino que previene efectos secundarios indeseados, consolidando el uso de estos regalos botánicos como una rama vital de la medicina holística china.